La verdad, que es casi siempre relativa, nos deja una sola reflexión para aquellos dispuestos a continuar la vida institucional: seguir adelante, impulsando la tarea emprendida impone el desafío de trasmutar y adaptarse a los tiempos que se viven, corrigiendo lo que no supimos hacer bien o salvando errores, ésos que debido al tiempo transcurrido, deterioraron o superaron nuestra labor diaria.

Nuestro trabajo nos llena de orgullo, sin embargo, somos capaces de abandonar toda señal de soberbia que nos lleve a pensar que lo hecho fue lo mejor, porque lo mejor será continuar y persistir a diario, por el engrandecimiento y la construcción de una organización poderosa, que sepa vencer al tiempo, que pueda ser vehículo apto para la concreción de una Comunidad organizada y sustentable.

Estamos persuadidos de que las generaciones de dirigentes venideras verán a los dirigentes que fundaron esta entidad como retardatarios; y es lógico, porque en nuestros años jóvenes, así también supimos analizar las acciones de nuestros dirigentes. Sin embargo, con el tiempo nos convencimos de la grandeza y sabiduría de nuestros predecesores. La virtud, el tesón, la visión de un futuro por construir y la lucha para dar vida a las organizaciones, hace ya un centenar de años, de los integrantes del Mutualismo en una primera etapa, para luego sumarse los trabajadores sindicalizados y fomentar así los servicios que hoy ofrecen las Obras Sociales, son un motivo más que suficiente para continuar en esta tarea. Porque las Obras Sociales y sus servicios son un patrimonio innegable de los que trabajan ó han dejado de hacerlo como es el caso de los Jubilados, y porque ellas, nucleadas en un sistema impulsado por la Solidaridad, dan cuenta del verdadero ejercicio de la Economía Social.

Nosotros pudimos transformar la realidad, volviéndola una verdad cuando los beneficios de un medicamento seguro y accesible, cuando el turismo, la vivienda, la educación se volvieron bienes sociales que fueron y van directamente, a las manos del trabajador, por medio de una organización.

Por aquellos que lucharon contra las dictaduras militares defendiendo estos derechos, contra las opresiones patronales, el abandono del Estado, la incomprensión de los legisladores. Por aquellos que recorrieron los caminos de la Patria, perdiendo incluso a sus familias y poniendo en riesgo su vida. Por aquellos que entregados plenamente a la causa del movimiento nacional y popular, fueron secuestrados, torturados, desaparecidos, asesinados. Por ellos es que nos sentimos orgullosos de pertenecer a esta clase; por ellos es que queremos recordarlos, sintiendo que están junto a nosotros en la tarea diaria y desde aquí, con profunda gratitud, pedirles a los que vendrán que continúen en la lucha, esforzándose por mejorar la calidad de vida de los argentinos.

Hemos cumplido diecisiete años de vida, y en esta segunda etapa de nuestra organización en desarrollo, sentimos que estamos realizando nuestra tarea, porque en los lugares más inhóspitos es posible encontrar una farmacia al menos, que vaya mitigando las necesidades y el sufrimiento de nuestro Pueblo. Y sabemos que la tarea no se reduce solo al expendio de un medicamento; sabemos que estamos dando respuestas directas cuando regulamos el mercado, cuando hacemos llegar a nuestros enfermos terminales el medicamento para mejorar o aliviar sus dolencias.

La creación de la droguería social y el laboratorio social fueron un paso fundamental y un gran apoyo. Gracias a esta voluntad de servicio pudimos constituir la primera Mutual -Droguería, AMFANOR, que actualmente se encuentra emplazada en Junín, Provincia de Buenos Aires.

Nadie nos regaló nada, no dependimos de subsidios del Estado ni de prebendas ni aportes de particulares. Es así que nuestra revista “El Informador Social” no ha dejado de publicarse un solo mes y de trasmitir los acontecimientos de la vida cotidiana en nuestro país, porque a través de ella podemos establecer ese lazo de comunicación tan importante para conocer la realidad y así también, hacerlos partícipes de la tarea que nos hemos propuesto. Construimos con nuestras propias manos los edificios que nos albergan y elaboramos con nuestros equipos de personal idóneo, técnicos y profesionales, los productos que se elaboran y se expenden con nuestra propia marca.

Compañer@s, Herman@s que habitan el territorio nacional: este legado asentado en el presente Estatuto Social, es nuestra ley, forma parte de nuestros objetivos, los que sabemos debemos cumplir y respetar, no únicamente porque la ley lo indica, sino porque solo la organización vence al tiempo. Con ellos, nuestra existencia estará garantizada y será sustentable, no solo en lo referido a la vida de nuestra institución, sino porque nuestros dirigentes podrán tener una guía para ser consecuentes con la causa. La lucha es larga y prolongada.

EL MEDICAMENTO PARA NOSOTROS, SIEMPRE SERÁ UN BIEN SOCIAL.

Estatuto Social

TITULO I: DENOMINACIÓN, DOMICILIO Y OBJETO SOCIAL

TÍTULO II. CAPACIDAD, PATRIMONIO Y RECURSOS SOCIALES

TÍTULO III. ASOCIADOS, CONDICIONES DE ADMISIÓN, REGIMEN DISCIPLINARIO

TÍTULO IV. COMISION DIRECTIVA Y ORGANO DE FISCALIZACION

TÍTULO V. DEL SECRETARIO GENERAL

TÍTULO VI. DEL SECRETARlO ADJUNTO

TÍTULO VII. DEL SECRETARlO ADMlNlSTRATIVO Y DEL SECRETARlO DE PRENSA

TÍTULO VIII. DEL SECRETARlO DE ACTAS

TÍTULO IX. DEL TESORERO Y EL PROTESORERO

TÍTULO X. DE LOS VOCALES TITULARES Y SUPLENTES

TÍTULO XI. ASAMBLEAS

TÍTULO XII. DISOLUCIÓN y LIQUIDACIÓN

Resolución IG.J. Nº 0000087.